- Existen diferentes tipos de ruido
- Características del ruido
- Ruido mental: el verdadero problema
- Cómo ignorar la negatividad
- Evita a las personas negativas
- Sé responsable de tu reacción
- La concentración positiva
- Que el ruido mental no arruine tus decisiones
- El ruido mental en la vida personal
- Cancela el ruido mental, lo negativo dentro de nosotros
Existen diferentes tipos de ruido
Cada tipo de ruido es una barrera única para la comunicación y requiere un tipo diferente de resolución.
Ruido físico:
La definición comercial de ruido más común es la literal. Ejemplos de este tipo de ruido son muchas personas hablando a la vez en una pequeña sala de reuniones o la actividad bulliciosa en el comedor. El ruido literal en la comunicación empresarial dificulta que las personas involucradas en la conversación escuchen lo que la otra persona está diciendo. Siempre que sea posible, aleja la conversación del ruido literal o intenta reducir la cantidad de ruido. Puedes pedir silencio en la sala de reuniones o trasladar la conversación a un lugar más tranquilo que el comedor, por ejemplo. El ruido físico también puede incluir los sonidos ambientales de la oficina.
Ruido mental o psicológico:
El ruido psicológico se refiere a los pensamientos internos, las actitudes y las nociones preconcebidas que afectan al modo en que nos centramos, escuchamos e interpretamos los mensajes.
Emociones como la tristeza, la preocupación y la frustración pueden interferir en la transmisión de los mensajes.
Las emociones positivas también pueden causar ruido psicológico. La excitación o la anticipación extremas pueden afectar a la forma en que procesamos la información. Si su cónyuge acaba de ponerse de parto, por ejemplo, puede ser difícil concentrarse en una reunión de proyecto.
A veces, no es posible eliminar el ruido psicológico. En ese caso, lo mejor es ocuparse primero de las emociones y los acontecimientos que provocan el ruido psicológico para poder concentrarse después en el trabajo.
Cuando las personas procesan la información bajo estrés, suelen experimentar Ruido Mental. Cuando la gente experimenta altos niveles de excitación emocional o agitación mental, puede perjudicar su capacidad para procesar la información. Este fenómeno, conocido como ruido mental, puede dificultar que algunas personas escuchen, comprendan o recuerden información, especialmente cuando sienten que están en gran riesgo.
Ruido semántico:
El ruido semántico en la comunicación empresarial se refiere a las diferencias en la comprensión de las palabras que se utilizan.
Esto puede deberse a información técnica del sector o a una jerga que no entiende una de las personas de la conversación.
Las barreras lingüísticas también pueden causar ruido semántico, al igual que las diferencias culturales en el uso de las palabras.
Cuando se trata de una barrera de ruido semántico, lo mejor es intentar aclarar la situación lo antes posible dentro de la conversación.
Ruido fisiológico:
El ruido fisiológico en la comunicación empresarial puede referirse a características físicas como la sordera o la ceguera, que afectan a la forma de enviar y recibir mensajes. Muchos entornos empresariales ofrecen herramientas que ayudan a las personas con estas características a comunicarse con sus colegas.
Cuando se trabaja con alguien que habla el lenguaje de signos, por ejemplo, se pueden aprender palabras y frases importantes que ayuden a comunicarse con él. Este tipo de ruido también puede referirse a otros síntomas físicos que interfieren en la comunicación, como los efectos secundarios de la medicación, el agotamiento o el dolor.
A menudo, este tipo de ruidos fisiológicos no pueden evitarse.
Características del ruido
- Inútil: Su comportamiento no se verá alterado por la información. Si la información no te impulsa a cambiar tu comportamiento, es ajena. Una vez que empieces a aplicar este algoritmo mental, te darás cuenta de que, lamentablemente, la mayor parte de la información que inunda tu cerebro a diario o incluso cada hora entra en esta categoría.
- Inoportuna: No vas a utilizar esa información de forma inminente, y podría cambiar para cuando la utilices. Si compró acciones de alguna empresa, que quiere conservar a largo plazo, comprobar el NASDAQ todos los días no sólo crea ruido mental, sino que desperdicia valiosos recursos mentales y energía que podría dedicar a hacer algo productivo para crear riqueza real. Si la información se volverá irrelevante para el momento en que estés listo para usarla, entonces es “ruido” mental.
- Hipotético: Se basa en lo que alguien cree que “podría ser” en lugar de “lo que es”. Ejemplos clásicos de esto son la mayoría de las previsiones meteorológicas y las predicciones bursátiles. ¿Qué pasaría si pudieras recuperar todos los minutos de tu vida que has dedicado a escuchar las predicciones -que en un 90% resultaron ser erróneas-? Las predicciones hipotéticas, en casi todos los casos, son ruido que ahoga la información útil que podrías estar utilizando para tomar mejores decisiones.
- Distrae: Te distrae de tus objetivos. Piensa en los objetivos que te has trazado: ascender, sacar mejores notas, ahorrar suficiente dinero para jubilarte cómodamente, ser una buena madre, etc. Ahora observa la avalancha de información que te llega. ¿Está relacionada con alguno de esos ámbitos? Si tu objetivo es terminar tu trabajo para poder pasar más tiempo con tu familia, por ejemplo, leer ESPN.com toda la tarde es ruido. Al separar el ruido inútil de las señales importantes, no sólo estarás preparado para prestar atención a lo que importa, sino que ahorrarás una inmensa cantidad de tiempo cada día. Yo diría que con eso ganamos todos.
Ruido mental: el verdadero problema
- Los seres humanos somos poco fiables a la hora de tomar decisiones.
- La mayoría de los juicios humanos están fuertemente influenciados por factores irrelevantes, como su estado de ánimo actual, el tiempo transcurrido desde su última comida y el estado del tiempo (clima).
- Nos distraemos rápidamente y eso afecta negativamente a nuestro proceso de toma de decisiones.
Daniel Kahneman, el psicólogo ganador del Premio Nobel ha trabajado para profundizar en nuestra comprensión del comportamiento humano y la toma de decisiones, señalando cuándo nos equivocamos y cómo. Gran parte de ese tiempo lo ha dedicado a entender cómo los distintos sesgos cognitivos afectan a nuestras decisiones y comportamientos. Su libro Thinking Fast and Slow (Pensar rápido y despacio) mostró este trabajo y fue su introducción a la ciencia de la toma de decisiones.
Diez años después del libro, Kahneman vuelve con un nuevo libro que le hará cuestionar de nuevo lo que creía saber sobre la toma de decisiones.
“Donde hay juicio, hay ruido, y más del que se cree”. – Kahneman, et al en el libro “Noise, A Flaw In Human Judgment“.
Cómo ignorar la negatividad
- Si llega a entrar en una situación negativa, puede ignorar o responder con un simple “ya veo” o “entiendo”.
- Por otro lado, cuando se trata de comentarios positivos, puede responder con afirmación y entusiasmo.
- Si practica estas técnicas con frecuencia notará cómo la positividad da sus frutos.
Evita a las personas negativas
Si todo lo demás falla, reduce el contacto con ellos o evítalos por completo. Si se trata de un buen amigo, hazle saber la gravedad del problema y resuélvelo en la medida de lo posible.
No es saludable pasar demasiado tiempo con personas que te agotan.
Tu tiempo es precioso, así que dedícalo a personas que tengan efectos positivos en ti.
Una de las cosas más importantes que he aprendido es a no debatir con una persona negativa. Una persona negativa probablemente tiene puntos de vista muy firmes y no va a cambiarlos sólo por lo que hayas dicho.
Evita la discusión, porque se convertirá en más negatividad, y tú te hundirás en el proceso.
Puedes hacer comentarios constructivos, y si la persona refuta sin dar señales de retroceder, no te involucres más.
Sé responsable de tu reacción
Tanto si la persona es negativa o no, eres tú quien percibe que la persona es negativa. Cuando reconoces eso, en realidad la negatividad es el producto de tu observación. Adopta la responsabilidad de tus percepciones. Aprende a ver la bondad de la persona y no lo negativo. Puede ser difícil al principio, pero una vez que cultivas la habilidad, se convierte en algo natural.
La concentración positiva
Según Timothy Wilson, profesor de psicología de la Universidad de Virginia, el cerebro humano recibe 11 millones de bits de información por segundo del entorno, pero sólo puede procesar 40 bits por segundo.
Esto significa que debe elegir qué pequeño porcentaje de esta información procesa y atiende, y qué gran parte descarta o ignora.
Cuanto mejor utilice su cerebro su energía para centrarse en lo positivo, mayores serán sus posibilidades de alcanzar sus objetivos.
Una de las mejores formas de aumentar la concentración positiva es bloquear conscientemente parte del ruido mental negativo en esos 11 millones de piezas de información.
No es fácil -nuestros cerebros están programados para prestar más atención a las amenazas en nuestro entorno-, usualmente prestamos atención a ese ruido mental, pero hay criterios que puedes utilizar para distinguir entre la “señal” (información a la que debes prestar atención) y el ruido.
Algunos ruidos son simplemente señales neutras o incluso positivas que distraen y que no se relacionan directamente con la consecución de tus objetivos.
Pero el ruido mental que es negativo puede ser aún más perjudicial al disminuir tu enfoque positivo.
Y ten en cuenta que parte de ese ruido mental negativo lo generas tú: las voces internas que expresan dudas, miedo, preocupación y ansiedad son tan tóxicas como el ruido mental negativo externo.
Que el ruido mental no arruine tus decisiones
Toma decisiones con conocimiento de causa. Los algoritmos de los motores de búsqueda y de las plataformas sociales que utilizamos a diario se alimentan de nuestros datos y nos devuelven datos agregados, procesados y refinados de tal manera que ya no los vemos como datos.
Desde el buscador que corrige nuestra sintaxis y selecciona diez resultados entre cien millones, hasta los contenidos que aparecen en el timeline de nuestras redes sociales favoritas como por arte de magia, todo se basa en datos que nos ayudan a tomar decisiones cotidianas.
La música, las películas, las series y los libros sugeridos por los algoritmos de recomendación de los portales especializados, así como los hoteles y restaurantes propuestos por las guías de viaje virtuales, se alimentan no sólo de nuestro historial y gráfico social, sino también de la inteligencia de datos de miles o millones de usuarios.
Es la capacidad de recoger, agregar y refinar datos de forma masiva, lo que da valor a los servicios “sociales” que las redes y los smartphones nos aportan permanentemente.
El ruido mental en la vida personal
Debemos evitar los errores tomando decisiones con base en datos.
Utilizar los datos para crear información, evitar las emociones (muchas veces es difícil y puede nublar nuestro razonamiento), evitar los comentarios de las personas negativas, evitar ese ruido que nos nubla la vista.
Esta es la forma de actuar en cualquier momento en que necesitemos tomar una decisión apropiadamente.
Las decisiones son aún más acertadas cuando hay un algoritmo detrás de ellas. Estos algoritmos no tienen emociones encontradas.
Cancela el ruido mental, lo negativo dentro de nosotros
El pensamiento negativo es el tipo de ruido mental más peligroso porque no sólo perjudica nuestra capacidad para escuchar la señal positiva, sino que socava todos nuestros otros esfuerzos para crear un cambio positivo.
Los investigadores de la Universidad de Chicago descubrieron que escribir cinco cosas que se sienten positivamente puede reducir significativamente los niveles de preocupación y pesimismo.